El 3 de octubre de 2014 la Fiscalía Anticorrupción se querelló contra el Real Zaragoza y 41 implicados más, entre ellos el entonces presidente Agapito Iglesias, el entrenador del club aragonés Javier Aguirre y futbolistas de ambos equipos (algunos en calidad de imputados) que intervinieron en el partido. En Segunda División el club tendrá que asumir una gestión de la deuda mucho más complicada, debido a los ingresos por taquilla y televisión mucho más bajos.